miércoles, 19 de diciembre de 2007

Como bien nacidos, demos gracias a Dios.




Entonces fue cuando la mire a la cara,
Cual reina de nuestros corazones,
Guardiana de nuestras oraciones,
La cual al costalero ampara.
El tiempo pareciera como sino pasara
Corto pero intenso en emociones
En la tierra, SOLEDAD, de tus amores
Tu mirada Señora todo me lo aclara:
Ahora, SOLEDAD, entendí a mi padre.
Él, YACENTE, techo y cobijo nos dio,
Y yo de la trabajadora un cobarde,
Él, VIVO, por salud y amor se entregó
Que menos que nosotros -¡Compadre!-
Como bien nacidos, demos gracias a Dios.
Gracias a Jesús Rivero por cubrir el acto y subirlo a la web de la Hermandad

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